Contenido
Última actualización el abril 15, 2025 por Tecnicocinas Ospinas Ltda.
En Tecnicocinas llevamos más de 25 años diseñando y fabricando cocinas integrales, y durante este tiempo nos hemos enfocado en aspectos esenciales como la distribución, la selección de materiales y la resistencia al uso cotidiano.
Últimamente, notamos que existe un factor adicional que influye en la comodidad y bienestar al cocinar: la acústica. Por eso, hoy queremos compartir contigo cómo influye el sonido en la experiencia que vives en tu cocina, qué opciones de diseño puedes elegir para optimizarla y cómo esto mejora los momentos que compartes con tu familia y amigos.
La cocina produce sonidos especiales todo el tiempo: el agua cayendo sobre la olla, la cuchara golpeando suavemente contra el sartén o el burbujeo que nos avisa que la sopa está lista. Estos pequeños sonidos hacen parte de cocinar y, sin darnos cuenta, nos ayudan a entender en qué momento está cada preparación.
Hoy las cocinas dejaron de ser espacios aislados. Se integran a la sala, al comedor o a una terraza, y se vuelven el lugar donde compartimos música, conversación y momentos en familia. Por eso, el sonido que se genera en la cocina debe pensarse igual que se planean los acabados o la distribución de los muebles.
Al cocinar, muchos sonidos chocan contra las superficies duras: una pared de concreto, un mesón de granito, una nevera de acero. Cada vez que eso ocurre, el sonido rebota. Este rebote es lo que conocemos como reflexión.
Cuando hay demasiadas superficies que reflejan, los sonidos se mezclan, se alargan y crean una sensación de ruido constante. Eso explica por qué a veces, en una cocina muy brillante o con pocos muebles, el simple hecho de hablar genera un ambiente incómodo.
Revisa este artículo relacionado:Cómo tener la cocina limpia y brillanteNo todos los materiales hacen que el sonido rebote. Hay algunos que logran atraparlo o frenarlo. A eso se le llama absorción.
La madera porosa, los paneles diseñados para amortiguar el ruido, una cortina gruesa o incluso un mueble pueden absorber parte de las vibraciones del sonido. Esto ayuda a que el ambiente sea más tranquilo: las conversaciones fluyen mejor, la música se escucha más limpia.
El sonido puede cruzar los materiales. Eso se conoce como transmisión. La transmisión del sonido puede ser molesta cuando quieres mantener un ambiente íntimo en la cocina o evitar que los ruidos lleguen a zonas de descanso.
Para controlarlo, hay que fijarse también en la calidad de las paredes, los sellos de las puertas, las ventanas que conectan con patios o balcones, e incluso en la instalación de electrodomésticos silenciosos. Con un pequeño detalle, como poner empaque o un panel detrás de un mueble, la diferencia se siente de inmediato.
En muchos proyectos vemos que se prioriza lo estético: colores, acabados, líneas modernas. Aunque todo eso es importante, también lo es pensar en cómo se comporta el sonido dentro de la cocina.
Existen materiales que ayudan a equilibrar el ambiente:
Cuando pensamos en el diseño de un espacio, preguntamos si prefieren un estilo moderno, con acabados brillantes y limpios, o un estilo más retro, con repisas flotantes. Cada elección abre posibilidades distintas para lograr una cocina que se vea bien, funcione bien y también suene bien.
La forma que tiene una cocina y el nivel de apertura hacia otros espacios cambian la manera en que el sonido se comporta. No es lo mismo preparar el almuerzo en una cocina cerrada, que en un espacio que se conecta directamente con la sala o el comedor.
Revisa este artículo relacionado:Cómo lograr la cocina idealEn las cocinas modernas se cocina, se escucha música, se conversa y muchas veces también se reciben invitados. Pensar en el sonido que se genera y cómo se propaga dentro de la cocina ayuda a que todas esas actividades se disfruten mucho más.
Cada persona tiene una relación distinta con el sonido, y según lo que busque, hay detalles que se pueden ajustar:
Para lograr que la calidad auditiva se mantenga, conviene ubicar los parlantes lejos de superficies reflectantes como ventanales grandes o paredes desnudas. Una buena opción es instalarlos en esquinas protegidas por paneles absorbentes o fijarlos en estructuras de madera o paneles acústicos discretos que ya hagan parte del mobiliario.
Si se planea usar un sistema de sonido envolvente, conviene dirigir los parlantes hacia el centro de la cocina o hacia las zonas donde las reuniones suelen ocurrir, como una isla o una barra. También se puede reforzar la acústica agregando alfombras lavables debajo de la isla o paneles fonoabsorbentes en el techo, especialmente en cocinas con doble altura.
Para un ajuste más preciso, existen aplicaciones móviles y equipos de medición de sonido que permiten identificar los puntos donde el audio se escucha mejor y detectar zonas con exceso de rebote o pérdida de calidad.
Aquí es útil instalar parlantes pequeños en zonas altas, como sobre los gabinetes superiores o en repisas estratégicas, lejos de fuentes de calor o humedad. Lo ideal es dirigir el sonido hacia las áreas de trabajo y de estar, pero evitando que rebote directo en superficies rígidas como mesones o pisos cerámicos.
Si se usa un solo parlante, se recomienda ubicarlo cerca de una pared corta o de una columna, donde el sonido se distribuya de manera pareja sin necesidad de subir mucho el volumen.
Cuando el asistente también sirve para reproducir música, la ubicación es importante. Conviene colocarlo en un lugar que esté libre de interferencias sonoras, lejos de la campana extractora, de la nevera o de cualquier electrodoméstico que emita ruido constante.
Revisa este artículo relacionado:Decoración para el hogar en modo tricolorUn estante, una esquina de la encimera o una pequeña repisa funcionan muy bien. Si el eco natural de la cocina es fuerte, se puede mejorar fácilmente con pequeños paneles decorativos, tapetes en zonas de paso o recubrimientos acústicos discretos en paredes cercanas.
Al diseñar una cocina, se suele pensar en el triángulo de trabajo: lavado, corte y cocción. Integrar un criterio acústico suma comodidad al plan inicial. Identificar dónde se generan los ruidos principales (campana, nevera, lavavajillas) y en qué zonas se concentran las personas permite organizar mejor el espacio.
En una cocina en forma de L, dejar la nevera en un vértice evita que su sonido interfiera en la zona central de reunión. En una cocina en forma de U, ubicar la campana en la parte abierta y reforzar el muro posterior con un panel absorbente ayuda a suavizar el sonido de la extracción.
Pequeñas decisiones como elegir un recubrimiento poroso para una pared, instalar un par de paneles fonoabsorbentes o usar tapetes en áreas de paso reducen la reverberación y crean un ambiente más cómodo para conversar, cocinar o simplemente estar.
Pensar la distribución con criterio acústico logra que la cocina funcione mejor y se disfrute mucho más.